Susurros del Alma

Año 2014.  Clara, con 17 años y la fuerza de mil primaveras, volvía a la vida tras dos años de un tratamiento que la había llevado al límite. La última dosis de su medicina, un recuerdo agridulce de su lucha, marcaba el inicio de una nueva etapa. La vida, antes un desafío constante, ahora se abría ante ella como un abanico de posibilidades.                                                                                 *** Año 2024. Era una tarde gris, por primera vez en mucho tiempo, Clara decidió subir a limpiar el trastero. Entre maletas polvorientas y cajas de recuerdos olvidados, su mano topó con un cuaderno viejo, negro y desgastado, con su nombre escrito en la portada en letras joviales. En ese instante, un escalofrío recorrió todo su delg...

El silencio de la casa de Manuela era tan profundo que a veces parecía un eco de su propia vida. Las paredes, impregnadas de historias y recuerdos, la abrazaban en su soledad. Fuera, el viento del invierno hacía crujir las ventanas.  Su casa era humilde, pero el olor a galletas y café recién hecho, nunca faltaba.   Era una mujer cubierta de canas, su avanzada edad estaba haciendo mella ya en su salud. Se sentía cada vez más sola, algunas de sus amistades ya no estaban, el tiempo se las iba llevando. Su día a día era el mismo: se levantaba a las siete de la mañana, dado que sus malestares la despertaban, daba de comer a su gatito Lindo, desayunaba y salía a comprar las cuatro cosas que siempre le faltaban. Sus vecinos la adoraban, más de uno se pasaba para ver que no le faltara de nada. Manuela, hacia final de mes, no tenía ni para comer y no le quedaba otra que acudir a los comedores sociales, pero ella nunca se lo quiso contar a su hijo para no preocuparlo, y no se le co...

En el encantador pueblo de Snowfield vivía Amy, una joven solitaria que compartía su vida con la única compañía de su fiel perro.  Su vida se desarrollaba entre las encantadoras calles del pueblo, especialmente alrededor de la plaza, donde se encontraban sus dos lugares favoritos: la acogedora cafetería, donde trabajaba y la biblioteca del pueblo. Una tarde, como tantas otras, Amy se dirigió a la biblioteca. Las horas pasaron sin que se diera cuenta, hasta que, justo antes de cerrar, un resplandor en una de las estanterías llamó su atención. Intrigada, se acercó y encontró un libro antiguo, con las páginas desgastadas, donde, para su asombro, ella era la protagonista.  Comenzó a leer, reviviendo los sueños que había dejado atrás. “Cuánto ha cambiado mi vida… y qué distinto es todo de lo que había imaginado”, pensó. Con cada página, el libro le recordaba cómo, en su juventud, escribir había sido su pasión, ganando premios en los certámenes del instituto. Aquella lectura hizo q...

En vísperas de Navidad, como cada año, en Villanuezca se celebraba el concurso al mejor turrón del año. Las calles del pueblo se vestían entre adornos navideños y, por supuesto, de la ya famosa propaganda del esperado certamen, que cada año salía más recargada que el anterior. Doña Clotilde era una mujer cotilla, competitiva, de esas que no toleraba ni perder al parchís, y desde que su marido Ramón se fue al más allá, había desarrollado una actitud gruñona de categoría.  Era la reina de las costumbres: a las cinco en punto, sin falta, se encontraba en la cafetería de la plaza, dispuesta a tomar su café, ¡y a enterarse de todos los cotilleos del vecindario! Si algo no soportaba, era que las cosas no salieran como ella quería. Incluso su loro, Einstein, era un fiel cómplice, aunque su enfoque en los chismes dejaba mucho que desear. Por otro lado, estaba Don Roque, su vecino de enfrente. Un recién jubilado de su profesión y sabio de vocación. Conocido por sus vecinos como el rey del ...